América Latina y el Caribe ante el calentamiento global.
Por una transformación democrática y equitativa del sistema energético desde los territorios
Publicado por DESCO enhttps://www.desco.org.pe/america-latina-y-el-caribe-ante-el-calentamiento-global
13. Epílogo
La era del calentamiento global ha terminado. La era de la ebullición global ha llegado .
Antonio Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas
Los eventos climáticos extremos del año 2023, iguales y peores que los del 2022, confirman las peores predicciones sobre la gravedad de los impactos del calentamiento global -sobre todo sobre los sectores más pobres de la población- y reafirman la urgente necesidad de tomar medidas radicales para frenarlo.
Al mismo tiempo, las decisiones de grandes corporaciones privadas y de gobiernos de seguir invirtiendo en energías fósiles confirman que, si dejamos en sus manos las decisiones sobre la transición energética, esta no avanzará al ritmo que se requiere para lograr las metas de mantener la temperatura a menos de 2 0C (Acuerdos de París) o 1.5 0C (recomendación del IPCC) por encima de los niveles previos a la Revolución Industrial.
De la misma manera, si dejamos en manos de los gobiernos y de las corporaciones las decisiones sobre cuándo y cuánto invertir en las energías renovables no convencionales, la transición se convertirá en un nuevo campo de acumulación capitalista y avanzará solamente en la medida en que asegure la tasa de ganancia que las empresas buscan. En esta perspectiva, la superación de la pobreza y de la desigualdad energética no son prioridades. Por el contrario, pueden agudizarse en la medida en que las nuevas energías sean accesibles solamente a quienes puedan pagarlas.
En consecuencia, la única manera de frenar el calentamiento global y proteger a las poblaciones más pobres de sus impactos negativos es que esas mismas poblaciones -entre quienes se encuentran los pueblos indígenas, otras comunidades étnicas, las/los campesinos, poblaciones rurales y las clases trabajadoras urbanas- tomen las riendas del proceso, y que lo hagan desde los territorios que habitan. Es también importante que, al hacerlo, cuestionen en el camino las relaciones asimétricas de poder en el terreno de la etnicidad, el género y las clases, entre gobiernos, corporaciones, consumidores/consumidoras y ciudadanía en general, pues ya no solo se necesita cambiar la matriz energética y descarbonizar las economías, sino transformar todo el sistema energético, desde la perspectiva de la democracia y la equidad.
Diseñar estrategias de transformación democrática y equitativa del sistema energético desde la realidad de los territorios ricos en recursos naturales, construir coaliciones territoriales para impulsar esas estrategias y establecer las alianzas necesarias con actores nacionales y globales, son los retos del momento.