La alternativa a continuar produciendo petróleo en la Amazonía con rebaja de estándares y flexibilizar procedimientos fiscales, ambientales y sociales para asegurar la ganancia de los inversionistas, es una transición energética justa. 

Para que esta transición sea justa, los países que más han generado y generan gases de efecto invernadero (Estados Unidos y Europa, China) deben aportar recursos para países como el Perú –que no son responsables principales del calentamiento global- puedan compensar los ingresos que dejen de percibir al dejar su petróleo bajo tierra y usarlos para invertir en mitigación (bajar la emisión de gases de efecto invernadero) y adaptación (aprender a producir y vivir en las nuevas circunstancias).

Pero no trata solo de estirar la mano. Los países productores también deben generar recursos adicionales para la transición, mediante reformas tributarias progresivas (que paguen más quienes ganan más)) y verde (con castigo a la producción y uso de energías fósiles y estímulo a la producción y uso de la energías limpias y sostenibles).

Hay que ofrecer también alternativas de empleo e ingresos a quienes hoy dependen directa o indirectamente del sector petrolero en la Amazonía, y asegurar el acceso de las poblaciones locales a fuentes alternativas de energía limpia y sostenible. Ello requiere re-localización laboral y diversificación productiva. También necesitamos una reforma fiscal que asegure a los gobiernos regionales y locales una alternativa al canon petrolero, del cual hoy dependen.

Finalmente, para ser justa, la transición energética debe ser también democrática y participativa. Las poblaciones locales poder participar en las decisiones que se tomen al respecto y deben también participar en los proyectos de generación de energías limpias y renovables. No hay que repetir el modelo de negocio minero y petrolero de grandes proyectos negociados entre el gobierno central y corporaciones internacionales, que se imponen sobre las poblaciones locales. Hay que avanzar en una transición energética justa, con y para las poblaciones de los territorios amazónicos hoy dedicados a la producción petrolera.