Daniel Urresti y la tecnocracia neoliberal del MEF buscan descargar sobre el sector laboral formal los costos de la recesión económica en curso. 

Han estado de acuerdo en que trabajadores y trabajadoras accedan a parte de su CTS y que retiren parte de los fondos que han acumulado en las AFP, comiéndose así sus ahorros para el desempleo y sus pensiones para la jubilación. La única preocupación del MEF en el debate era que el porcentaje a ser retirado de las AFPs no fuese tan grande como para tirarse abajo el sistema. Mientras tanto, ni las empresas ni el estado se mojan.

Ahora están en guerra. Urresti promueve que quienes contribuyen a la ONP recuperen parte o todas sus contribuciones y el MEF se opone tajantemente. ¿Qué pasó? ¿Ahora si le preocupa la vejez de los trabajadores? No. sucede que -como esos fondos en realidad no existen pues las contribuciones actuales de los trabajadores se usan para pagar las pensiones de los actuales jubilados- sería el MEF el que tendría que desembolsar el dinero que los pensionistas quisieran recuperar.

Mientras tanto, ni populistas ni neoliberales tienen respuesta al drama inmediato ni al de la vejez de ese enorme 75% de trabajadores y trabajadoras que estén en el sector informal, que no tienen CTS, que no cotizan a ningún sistema de pensiones, que se han quedado sin empleos e ingresos, que se han comido sus ahorros, y que no han recibido bono alguno o han recibido apenas 760 soles para cubrir las necesidades de sus familias por estos largos 10 meses de crisis.

La izquierda apuesta por un sistema nacional que garantice una pensión básica universal, financiada por los impuestos directos e indirectos que todos y todas pagamos, y que mantenga la opción privada para aquellos que crean que un administrador privado les garantizará una mejor pensión. Esta es una opción perfectamente viable, alejada del continuismo neo liberal y el populismo irresponsable. Por ahí va la cosa.