La Ministra Alva informó a la Comisión de Fiscalización del Congreso, entre otras cosas, sobre la marcha de Reactiva Perú. A la fecha 372,418 empresas han accedido a créditos a tasas de interés muy bajas (menos de 2%) y que además están garantizados casi al 100% por el MEF. El 97.8% de estas empresas son micro y pequeñas e empresas (MYPES), mientras que el 1.7% y el 0.5% son grandes y medianas empresas, respectivamente. 

Hasta ahí suena bien. Pareciera que Reactiva Perú está cumpliendo su objetivo fundamental, de ayudar a las empresas –especialmente a las pequeñas- a pagar sueldos y cumplir con proveedores.

Sin embargo –y hay que celebrar la transparencia del MEF en este terreno- la ministra Alva también informó que 53.7% de los recursos del programa han ido a las grandes empresas, mientras que las MYPES y las empresas medianas han recibido el 41.2% y 5.1%, respectivamente. Si esto sigue así, al final menos del 2% de las empresas beneficiadas se llevarán más de 32 mil millones de soles, de los 60 mil millones asignados para la primera y segunda fase del programa.

En contraste, en el primer Bono Familiar Universal se han entregado 5,398 millones de soles y se han asignado 6,664 millones soles al Segundo Bono Familiar Universal, cubriendo más de 8 millones de familias en cada caso. En total, más de 8 millones de familias estarán recibiendo alrededor de 12,000 millones de soles mientras que un pequeño número de grandes empresas recibe más del doble.

¿Es esto justo? ¿Necesitan esas grandes empresas mineras, esos centros comerciales, esos grandes estudios de abogados, recibir préstamos de 10 millones de soles? Con esos 30 mil millones de soles se podría haber dado casi 3 bonos adicionales a las familias más necesitadas, o dar créditos a miles de pequeñas y medianas empresas más, o ampliar sustantivamente el magro presupuesto de FAE-MYPE.

Toda política pública tiene la posibilidad de combatir la desigualdad, algo más que urgente en el Perú. Se podría hacer de la reactivación una política redistributiva que combata la desigualdad. Pero, mucho me temo que el gobierno esté contribuyendo más bien a reactivarla.