Cateriano: el anti-fujiaprista que la CONFIEP necesitaba
Publicado en Dirio Uno, 21 de Julio de 2020
El nombramiento de Pedro Cateriano como Premier indica que la estrategia del Presidente Vizcarra es priorizar el relanzamiento de la economía de la mano de los grandes grupos económicos al mismo tiempo que mantener en alto la bandera antifujimorista y el pleito con el Congreso alrededor de la reforma política. Sin embargo…
Contagios y muertes están creciendo nuevamente, gracias a una reapertura económica apurada y descuidada. Pero los empresarios demandan seguir adelante, dicen que todo es culpa del MINSA. Y van logrando nuevas facilidades para la inversión, como permitir la participación ciudadana virtual en aprobaciones y fiscalizaciones ambientales. ¿En territorios rurales con mala o nula conexión a internet? ¿Dialogo realmente intercultural en estas condiciones?
También reclaman que se le duz verde a Tía María, en Arequipa, casi como gesto de sometimiento de un Vizcarra que hasta hace poquito decía que no hay condiciones. ¿Se tragará sus palabras? Exigen también que se le dé pase a la ampliación del muelle ubicado dentro de la zona de amortiguamiento de la emblemática Reserva Nacional de Paracas, que ahora pretende también embarcar minerales.
El Acuerdo de Escazú -que promueve la transparencia, la participación y la justicia ambiental- está a la espera de ser ratificado por el Congreso. Pero, jugando en pared con la tajante oposición de los gremios empresariales, el nuevo Canciller ha declarado que no se lo puede ratificar mientras no haya consenso.
Mantener una retórica dura contra el fujiaprismo puede ser rentable políticamente mientras promueve una reactivación económica a la medida de los grandes empresarios. Seguir pechando al Congreso en torno a retrocesos y contrabandos en la reforma política ciertamente empata con un amplio sector de la ciudadanía. Cateriano es bueno en eso, y seguramente ayudará a defender reformas indispensable para la calidad de la democracia y de paso ayudará a Vizcarra a remontar la caída en las encuestas.
Pero empeñarse en una estrategia de reactivación que sacrifica la salud, los intereses de las mayorías trabajadoras y el medio ambiente, es algo que le puede reventar en la cara.