Covid 19: organización social desde el territorio
Publicado en Diario Uno, 9 de Junio de 2020
Respuestas a la crisis hay tantas como fragmentada es la sociedad peruana. En ausencia de mínimos de integración, identidad y objetivo común, de empatía con el resto, la crisis se convierte en un campo de batalla, donde quienes tienen más poder se imponen a quienes no lo tienen.
Cadenas de farmacias que son parte de un mismo grupo económico especulan concertadamente con el precio de los medicamentos. Clínicas privadas cobran por pruebas que el estado les hace gratis, exprimen a quienes necesitan tratamiento, no reciben pacientes derivados hasta que el gobierno no les pague lo que piden. Tienen el poder para hacerlo. Sus víctimas no lo tienen para impedirlo.
Hay quienes pueden cumplir con la cuarentena, haciendo trabajo remoto, cobrando por transferencias bancarias, comprando por delivery. Ahí funciona un tejido social. Hay quienes no tienen empleo, ingresos ni ahorros y la ayuda del estado es insuficiente o no llega. Retornantes caminando de regreso a provincias y distritos de origen. Trabajadores independientes y pequeños negocios y sus cadenas de proveedores. Desafían organizadamente la cuarentena porque necesitan generar ingresos para sobrevivir. Ahí hay otro tejido social en funciones.
Hay también una sociedad que se organiza para cuidarse. Poco en Lima, más en otros centros urbanos, mucho más en zonas rurales. Poblaciones locales, rurales, indígenas, campesinas, cerrando sus territorios, controlando carreteras y ríos, regulando el ingreso y salida de personas, para evitar que el virus llegue. Presionando a la autoridad si no funciona. Complementando sus esfuerzos si es débil. Reemplazándola si no puede o no quiere.
En este caso, el mundo rural indígena y comunero enseña el camino. Necesitamos de mucha más organización social desde el territorio. Para controlar la expansión del virus. Para presionar a las autoridades locales y de salud a que hagan lo suyo. Para fiscalizarlas y parar a corrupción. Para exigir que el bono sea realmente universal. Para sobrevivir mientras dura la reactivación en medio de la recesión brutal que se nos viene. Este es un reto que desde la izquierda no podemos eludir.