Una papa caliente
Publicado en Diario Uno, 2 de Junio de 2020
Quienes aspiran a gobernar el 2021 tendrán en sus manos una papa muy caliente.
Vamos a una recesión gran resultante de la parálisis de la actividad económica y de la menor demanda y precios de nuestros principales productos de exportación. El FMI, el BM y la CEPAL proyectan una caída en el PBI de entre el 4 y el 5% en el 2020. Expertos peruanos hablan de caídas del 10% al 20%.
Crecerán el trabajo informal (en el Perú es ya cerca del 70% del total), la pobreza y la pobreza extrema (entre 2 y 3.5 puntos y entre 1 y 1.5 puntos más que en 2019, respectivamente) y la desigualdad, dice la CEPAL. Nuevamente, las predicciones de expertos peruanos son peores.
Caerán los ingresos fiscales por exportaciones y por recaudación interna, pero el gobierno tendrá que usar los ahorros del país o tomar deuda externa (ya hubo una emisión de bonos) para financiar y ampliar los paquetes de compensación (bonos) y reactivación (créditos) en marcha. Y para lanzar un paquete de inversión pública que apuntale la reactivación económica.
Candidaturas rumbo al 2021 habrá de sobra. La pregunta es si serán serias y tendrán capacidades reales para encarar las grandes fallas estructurales que esta crisis nos ha forzado a ver.
El Perú necesita reactivación protegiendo el empleo y los ingresos; formalización de la economía; un sistema de salud universal de calidad; un sistema universal de pensiones de base no contributiva; romper los monopolios sobre medicamentos y otros productos esenciales; una reforma tributaria justa y verde, donde paguen más los que más tienen y ensucian; diversificar la economía para depender menos de la exportación de minerales y petróleo; migrar nuestra matriz energética para contribuir menos al calentamiento global e invertir en la adaptación de la pequeña y mediana producción a sus impactos; tener sistemas públicos de transporte masivo; desterrar la corrupción; etc.
Sería bueno que las diferentes vertientes políticas hagan públicas desde ya sus propuestas frente a estos retos. Y que la ciudadanía se ponga exigente al respecto. No vaya a ser que alguien gane para recién ahí darse cuenta que la papa quema y no sepa qué hacer con ella en las manos.