Respuestas a la crisis i y ii
Columnas publicadas en Diario Uno el 30 de Marzo y el 7 de Abril del 2020
Respuestas a la crisis i
Mientras debatimos los pros y contras de la respuesta gubernamental a la crisis, debemos también plantear soluciones a los problemas estructurales que nos hacen tan vulnerables.
Más del 70% de las personas que trabajan lo hacen informalmente, por su cuenta o en pequeñas empresas. Si el gobierno no hace transferencia universal de dinero suficiente a toda esta población, es imposible sostener una cuarentena estricta y prolongada. La gente saldrá a conseguir ingresos como sea.
Debemos mejorar y relanzar –con recursos y voluntad política- el Plan Nacional de Diversificación Productiva diseñado por Humala y paralizado por PPK, para generar una economía con mayor productividad y mayor capacidad de generar empleos con derechos en todo el territorio.
Nuestra inversión per cápita en salud es la menor de la Alianza del Pacífico, y como proporción del PBI es 2.3% es mayor que la de México, pero menor que la de Colombia, mitad que la de Chile, lejos del 6% del Acuerdo Nacional, y lejísimos del 10% de la OECD. Por eso tenemos una salud pública con profesionales mal pagados, infraestructura mal equipada, y carencia de los elementos básicos para enfrentar una pandemia como ésta.
Es necesario lograr un acuerdo político para aumentar sustantivamente el presupuesto al sector salud. Se ha avanzado en los últimos años, pero se necesita avanzar mucho más.
Más de 15% de la población no tiene acceso al agua potable y casi el 35% no tiene acceso al desagüe. Para muchísima gente sea imposible cumplir con una medida básica de protección frente al coronavirus, que es lavarse las manos con frecuencia.
Como en el caso de la salud, es indispensable un acuerdo político amplio
para lograr la meta de la universalización del acceso al saneamiento básico en el Perú, para prevenir el contagio de este virus y de múltiples enfermedades infecto contagiosas que afectan sobre todo a la población más pobre.
Nuestra presión tributaria es 16.1%, 6 puntos por debajo del promedio de la región y casi 20 puntos por debajo del promedio de la OECD. Esto tiene que ver con la masiva informalidad de nuestra economía, pero también con las exoneraciones tributarias al gran capital, la ausencia de una escala progresiva más agresiva para que paguen más los que ganan más, y la falta de impuestos más fuertes a las herencias, la propiedad, las acciones en bolsa, etc.
Si queremos incentivar la diversificación, tener una salud pública de calidad y universalizar el acceso al saneamiento básico, tenemos que hacer una reforma tributaria progresiva para que paguen más los que tienen más.
Lo propuesto no es demasiado radical. Es perfectamente posible. Solo hace falta voluntad política para derrotar la resistencia de quienes priorizan conservar su desproporcionada riqueza.
Respuestas a la crisis ii
La semana pasada (Lecciones de la crisis) anotaba que la crisis generada por el coronavirus reclama cuatro grandes cambios de fondo: diversificación económica con empleos de calidad, nuevo sistema de salud pública, universalización del saneamiento básico, y reforma tributaria para financiar todo lo anterior. Van tres más.
Necesitamos un nuevo sistema público y universal de pensiones financiado con los impuestos indirectos que pagamos todos y todas. El debate se ha centrado en el monto que los afiliados pueden retirar para pasar esta crisis, pero el tema de fondo es que las AFPs son cuatro grandes empresas que han estafado sistemáticamente a sus afiliados y que –en la medida en que más del 90% de quienes llegan a los 65 años retiran su fondo- se ha convertido en un sistema de ahorro forzoso, dejando de ser un sistema de pensiones.
Necesitamos un nuevo sistema de transporte público en el que las concesionarias privadas no tengan la sartén por el mango. La semana pasada, en plena situación de emergencia y siendo vital que las personas que trabajan en sectores esenciales puedan transportarse, las empresas Lima Vías Express, Perú Masivo, Transvial Lima y Lima Bus, amenazaron con suspender el servicio del Metropolitano si no se les garantizaba –durante la crisis- la tasa de ganancia pactada en sus contratos. Totalmente inaceptable.
Hay que denunciar esas concesiones. El sistema de transporte público debe ser público y el estado de asumir las ganancias y los costos. Se puede concesionar la administración a alguna empresa eficiente, pero no se les puede tolerar más esta situación en la que el lucro importa más que el servicio, incluso en una situación de emergencia.
Necesitamos un nuevo sistema de concesiones de las frecuencias de radio y televisión y que la red dorsal llegue a todo el país. El MINEDU ha lanzado aprendoencasa.pe mediante TVPeru y Radio Nacional y por internet. Pero la red dorsal no llega a los territorios más rurales y parte importante de las familias más pobres no accede a internet y/no tiene computadoras.
Quedan entonces solamente la televisión y la radio nacionales. ¿Y las empresas privadas que tienen concesiones del espacio radiofónico? Se dice que habrían estado negociando pagos del gobierno para sumarse al esfuerzo de salvar el año escolar.
Hay que revisar esas concesiones, incluyendo una “Franja de Emergencia” –similar a la franja electoral- que las haga sumarse a respuestas a emergencias nacionales. Hay que garantizar la cobertura nacional de la red dorsal para garantizar el acceso universal al internet y garantizar las comunicaciones públicas y privadas en situaciones como esta.
Se van sumando respuestas estructurales a la crisis que vivimos. Hay que articularlas todas en un plan de gobierno de la izquierda para el 2021.