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Alberto y Keiko merecen estar presos, pero de verdad, y acaso juntos

Publicado en Diario Uno, Lunes 23 de Diciembre de 2019

Carlos Monge

Publicado: 2019-12-23

Alberto Fujimori está condenado por corrupción y delitos de lesa humanidad. Son cargos muy graves. Sin embargo, vive su carcelería en una prisión dorada, en la que hace lo que le da la gana. Claro, de vez en cuando su gente organiza un show mediático, pasa unos días “en estado de suma gravedad” en su clínica favorita, y la necesidad de un indulto humanitario vuelve a ponerse en agenda.  

Pero la realidad es que no solamente no se está muriendo, sino que está muy involucrado en la campaña electoral de Fuerza Popular rumbo a la elección congresal de Enero 2021. Esto ha quedado clarísimo a partir de la difusión de un audio en el que Fujimori coordina con el señor Crisóstomo Benique su participación en la cuarta posición de la lista de dicho partido por Puno. El propio Benique no solamente ha confirmado la veracidad del audio y la ocurrencia de dicha reunión, sino que fue el propio Fujimori quien lo invitó a visitarlo y que estaba al tanto de los detalles de la conformación de la lista.

En estos mismos días, se ha sabido que el Presidente del Tribunal Constitucional se reunió con Giulliana Loza, abogada de Keiko Fujimori, justo cuando el TC estaba discutiendo sacarla de la prisión preventiva impuesta por el Poder Judicial. Tanto Blume como Loza han tenido que aceptar que hubo tal encuentro, pero lo califican de casual. Loza ha afirmado enfáticamente que “Por mi madre. Juro que solo me senté y me levanté; nunca hablé con Blume, ni siquiera lo saludé”. Pobrecita su madre, pues Loza miente descaradamente. Videos muestran que salieron juntos del restaurante, conversaron en la vereda y hasta se fueron juntos en el automóvil de Blume.

En el caso de Alberto Fujimori es claro que su prisión es un chiste, que viola todas las normas, que hace lo que le da la gana. En el caso de Keiko Fujimori, es claro que el Presidente del TC ha procedido de manera abiertamente ilegal al coordinar de manera clandestina con la representante legal de la persona cuyo caso estaba siendo tratado en esos mismos días.

Ambos merecen estar en prisión, pero de verdad. Alberto debería ser trasladado a un penal normal y cumplir su condena como cualquier otro preso, con todas las garantías de seguridad y salud que merece cualquier ser humano que comete un delito y termina preso, pero también con todas las restricciones que la ley impone. Keiko debería regresar a la prisión preventiva y después cumplir la condena que el Poder Judicial le imponga, también en una cárcel normal, sin privilegios.

Quizás la suerte los junte nuevamente. Como en los buenos tiempos cuando vivían por épocas en las instalaciones del Servicio de Inteligencia Nacional. Solo que esta vez extrañarán las finas atenciones del Tío Vladi.


Escrito por

Carlos Monge

Antropólogo e Historiador. Fanático del Alianza Lima y socialista empedernido. Enamorado de Leda, Lucía, Camilo, Frida y León.


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