Kenji se ofreció como fujimorista sensato y responsable y descolocó a Keiko. Ella planteó dialogar con PPK para revertir su imagen de perdedora picona. PPK aceptó, pero como paso previo rumbo al Acuerdo Nacional, en donde Fuerza Popular es apenas una fuerza política más.  

El indulto a Alberto Fujimori no está en la agenda. En verdad, a ninguno de los dos le conviene sacar a AF de su cárcel dorada. Si PPK lo suelta, se le quiebran el gabinete y la bancada y se le tira encima un vasto sector que votó por él. Si Keiko logra el indulto, se le crea un liderazgo paralelo en FP y se queda sin un arma con la cual chantajear a PPK.

Los temas que sí están en la agenda son seguridad, lucha contra la corrupción, promoción del empleo, re-activación económica y reconstrucción con cambios. No está mal que PPK y Keiko dialoguen sobre esos temas y que los lleven al Acuerdo Nacional. Pero el dialogo no debe ser solo para la foto ni debe ser solo entre la clase política.

El diálogo debe buscar acuerdos concretos para fortalecer la lucha contra el crimen organizado y la corrupción en el Poder Judicial, frenar la presencia de dineros sucios en las campañas y de lavadores de activos en los partidos, facilitar la renovación del sistema de partidos eliminando el absurdo requerimiento del 4% de las firmas, levantar el secreto bancario de todos quienes candidatean y dejarlo abierto a quienes resultan electos en todos los niveles de gobierno, extender la vigencia de derechos y de empleos de calidad, reactivar la economía con diversificación productiva y redistribución de ingresos, recuperar el planeamiento y el ordenamiento territorial en la reconstrucción, etc.

Además, PPK debe dialogar con la ciudadanía que lo llevó a la presidencia precisamente para evitar que Keiko y el fujimorismo tengan un control total del estado y lo usen abusivamente, como hacen hoy con su mayoría parlamentaria. Eso incluye a líderes emergentes importantes como Verònika Mendoza y Julio Guzmán.

Presidente PPK, dialogue también con los alcaldes y los gobernadores regionales, con los sindicatos y las organizaciones sociales, salga a la calle, vaya a los barrios urbanos y a las zonas rurales. Hable con el país real.