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La Reforma Electoral hay que pelearla desde la calle

Publicado en Diario Uno, Lunes 1 de Mayo del 2017

Carlos Monge

Publicado: 2017-05-02

El Poder Ejecutivo ha presentado su propuesta de reforma electoral, con medidas como retorno a la bicameralidad, obligatoriedad de elecciones internas a cargo de los organismos electorales, eliminación del voto preferencial, mayor regulación de los aportes económicos a los partidos, levantamiento del secreto bancario a candidatos y autoridades electas, mayor información en las hojas de vida y más restricciones a los/las candidatos, menor requerimiento de firmas (del 4 al 1% del padrón) para inscribir nuevos partidos, elevar la cuota de género en las listas y la valla para las alianzas, obligar a partidos a participar en todas las elecciones y en número mínimo de regiones, provincias y distritos, etc. 

Con la atención del país centrada en los desastres naturales y los escándalos de corrupción, había el riesgo de que la reforma electoral quedase de lado. Pero, en realidad, en estas reformas se juega una parte importante de la respuesta de fondo a los desastres y escándalos arriba mencionados.

Los desastres vividos no son en realidad “naturales”, sino generados por décadas de malas decisiones tomadas por autoridades nacionales, regionales y locales que acceden a los cargos públicos por vías corruptas y para beneficio propio. Y la crisis de corrupción nos permite ver como el financiamiento de las campañas electorales y la falta de transparencia en las finanzas de las autoridades son parte de un mecanismo de compra adelantada de las decisiones que estas autoridades tomarán después.

En otras palabras, la reforma del sistema electoral es parte de la respuesta a la doble crisis en curso. Y es también una respuesta a males endémicos de nuestra política. Si queremos tener una política más honesta y más transparente, y no el permanente asalto del estado por personas y grupos carentes de escrúpulos, aprobar estas reformas sería un paso extraordinario.

Pero en el congreso mandan apristas y fujimoristas, que no verán con agrado reformas que afectan directamente su financiamiento y la corrupción de sus líderes. Por ello, la única posibilidad que tenemos que estas reformas se aprueben es peleándolas desde la calle. Que el Congreso sienta la voz de la gente. Manos a la obra.


Escrito por

Carlos Monge

Antropólogo e Historiador. Fanático del Alianza Lima y socialista empedernido. Enamorado de Leda, Lucía, Camilo, Frida y León.


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