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“Ten presente que en la próxima alborada, los militares te pueden dejar plantada…”

Publicado en Diario 1 el Martes 9 de Junio de 2015

Carlos Monge

Publicado: 2015-06-15

“Los militares, los militares, como te gustan los militares...” Así arranca una conocida polca, en donde los jóvenes del barrio se quejan de como las chicas locales prefieren a los militares. Pero –advierte frustrado joven a ilusa damisela- “ten presente que en la próxima alborada, los militares te pueden dejar plantada…”. 

Varios en nuestra débil democracia están muy ilusionados con los militares. Los mandaron a apoyar a la policía en el Valle de Tambo; después declararon el Estado de Emergencia en Islay para que entren ya con todo; más tarde extendieron la presencia militar a varios departamentos del Sur que se sumaron a la protesta de Islay contra Tía María y la Southern.

Ahora está creciendo el conflicto contra un mega puerto industrial en plena entrada a la Reserva Nacional de Paracas. En la Amazonía se viene paro indígena en rechazo a la contaminación de las petroleras y las leyes del gobierno para promover inversiones. Las centrales sindicales consultan un paro nacional que centralice exprese estos varios malestares y protestas sociales. ¿La respuesta será Estado de Emergencia en Ica por lo de Paracas? ¿En toda la Amazonía si hay protesta indígena? ¿En todo el país si hay Paro Nacional?

La tentación militar se extiende también a la lucha contra la delincuencia. Ante la incapacidad de la Policía Nacional, la Fiscalía, y el Poder Judicial de frenar asaltos y extorsiones, el Alcalde de San Juan de Lurigancho pide la presencia de militares en las calles, el de Comas pide que se integren al Serenazgo, el de Lima pide que Serenazgo tenga acceso a armas no letales. Y hay recojo de firmas para que una ciudadanía desesperada apoye que los militares vengan a salvarnos.

Felizmente, la mayor parte de los analistas y expertos y buena parte de la clase política ve esta propuesta con preocupación. El propio Ministro Pérez Guadalupe –hincha de que los militares se enfrenten las protestas sociales- se opone a encargarles la lucha contra la delincuencia.

Es que el riesgo es enorme. Los militares no solo no están preparados para eso, sino que pueden ser tan ineficientes y corruptos como la Policial Nacional o el Poder Judicial cuando se presentan las condiciones adecuadas. Esa es parte importante de la historia de su lucha contra el narcotráfico y el terrorismo en varias partes del país.

Pero lo más importante es que una democracia débil no puede ilusionarse con que los militares la saquen de sus aprietos. Debe más bien resolver sus propias deficiencias. Mientras, habría que advertirle -cual ilusa damisela en polca criolla- que los militares la pueden dejar plantada. No sería la primera vez.


Escrito por

Carlos Monge

Antropólogo e Historiador. Fanático del Alianza Lima y socialista empedernido. Enamorado de Leda, Lucía, Camilo, Frida y León.


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