Luis Carranza -Ministro de Economía y Finanzas y portavoz político de Alan García- acusa al Gobierno de no hacer lo suficiente para sostener el ritmo de crecimiento de la economía: “Los tres elementos claves para entender este proceso de estancamiento son: (i) La ausencia del Estado para preservar los derechos de propiedad y la efectividad de los contratos, (ii) la desconfianza de la población en la efectividad del Estado para defenderlos de potenciales daños medioambientales y garantizar la dotación de agua y (iii) La falta de capacidad del Estado para usar bien los impuestos, mejorando las condiciones de vida de la población por buenos servicios…”

El Ministro de la Producción Piero Ghezzi, le aclara que el estancamiento económico se produce por la caída de la demanda y precios de nuestros commodities, que las limitaciones institucionales del estado son de larga data y no de ahora, que el gobierno si está haciendo algo para diversificar la economía y que Carranza no tiene autoridad moral para hacer estas críticas porque cuando estuvo a cargo del MEF no hizo nada de lo que ahora reclama que se haga. Dice Ghezzi educadamente: “Que el arquitecto del piloto automático eluda su responsabilidad por lo que dejó de hacer en tiempos mejores es, por decir lo menos, paradójico.” Conchudazo Carranza, digo yo.

Pero, este gobierno no està haciendo tampoco –ni de lejos- lo que hay que hacer. Su Plan Nacional de Diversificación Productiva se basa en reducir los estándares ambientales y laborales para promover inversión privada en otras áreas de la economía que no sean la minería, y esa es la misma idea a la base de los paquetes de medidas que han lanzado durante el 2014 y siguen promoviendo ahora.

Además, no se han diseñado fondos mineros de ahorro y estabilización para inversión en ciencia y tecnología, y para apoyar los sistemas de pensiones. No hay políticas de contenido local para fortalecer encadenamientos productivos y evitar lógicas de enclave. No se ha incluido a los gobiernos sub nacionales en la toma de decisiones sobre los mega proyectos. No hay apuesta seria por la zonificación y el ordenamiento territorial para ordenar las inversiones. No se han reformado los sistemas de concesiones de tierras y aguas. No hay titulación de territorios indígenas ni real implementación del derecho de consulta.