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Respuesta al Ciudadano Jimenez

Respuesta a comentarios de Ricardo Jimenez a mi comentario a columna de Carlos Bedoya en Diario 1

Publicado: 2015-02-09

Mi amigo Carlos Bedoya escribió una columna en Diario 1 proponiendo un reagrupamiento de izquierdistas y nacionalistas en un Gana Perú sin Ollanta y Nadine, tomando distancia de la idea de una candidatura “de izquierda” y de lo que califica como “sectarismo ecologista”. En respuesta, en el mismo Diario 1 propuse la necesidad de una candidatura de izquierda con propuestas programáticas en las que los temas ambientales tuviesen tanta centralidad como, por ejemplo, los temas relativos a la dignidad del trabajo.

Como parte de mi argumento señalé que así como el movimiento juvenil ponía el tema del trabajo en el centro de la agenda, varios movimientos sociales venían poniendo desde antes en el centro de la agenda los temas ambientales y de derechos de pueblos indígenas.

Ricardo Jiménez ha respondido a mi columna , incluyendo nuevos argumentos para este debate. Bienvenido. Me parece de la mayor importancia que discutamos con la mayor amplitud como las distintas izquierdas respondemos a los retos que la realidad peruana y latinoamericana nos ha puesto y nos sigue poniendo por delante.

Primer asunto. ¿De que estamos debatiendo? En mi opinión, de dos cosas íntimamente relacionadas entre sí: la alternativa programática y la táctica electoral de las izquierdas para el 2016. Carlos Bedoya propone la reconstitución de Gana Perú entre izquierdistas y nacionalistas y que para ello el sectarismo ecologista es una traba de la que hay que tomar distancia. Yo propuse que deberíamos perfilar una candidatura izquierdista, y que en esa candidatura lo ambiental –como lo laboral- debe ser central.

Pero Jiménez ingresa al debate poniendo en mi boca palabras como que “sería una ilusión que no sea la bandera programática “verde”, o sea anti extractivista, la única o en todo caso la principal y decisiva bandera programática.” ¿La única? ¿Cuándo y donde he dicho yo que lo verde sea lo único? He dicho -y me reafirmo- que debe ser central, es decir, muy importante, de mucho peso, de presencia transversal, etc. Pero nunca he dicho que sea la única. Si vamos a debatir, debatamos bien. No caigamos en la tentación de dibujar una caricatura para luego pelearnos con esa caricatura y derrotarla fácilmente.

Para que quede claro, pienso que una propuesta de izquierda debe apuntar programáticamente al mismo tiempo a la igualdad social, la sostenibilidad ambiental y la plurinacionalidad. Discrepo totalmente de la idea de que una propuesta de izquierda deba ignorar o poner de costado los temas ambientales e indígenas para afirmar solamente los temas sociales.

Un ejemplo: al inicio del gobierno de Humala el gabinete Lerner negoció con las empresas mineras un aporte extraordinario (nuevo impuesto, aporte voluntario, cambios en regalías) a cambio de darle luz verde a sus inversiones, incluidas Conga, Tía María, y Cañariaco que para entonces ya contaban con la decidida oposición de las poblaciones locales. El Gabinete Lerner privilegió en ese momento el logro de más renta pública y dejó de lado las consideraciones ambientales por las que las poblaciones de esas localidades se oponían a esas inversiones.

En mi opinión, eso fue un monumental error. En mi opinión, no había nada que negociar con las empresas sino poner en práctica la oferta electoral de un verdadero impuesto a la sobre ganancia y –principalmente- un fortalecimiento de los EIAs y del MINAM y una plena implementación del derecho de consulta.

El balance de la población cajamarquina –expresado en una resistencia social que no ceja y el voto mayoritario por el MAS- ha sido clarísimo: no a Conga y su dinero, si a la defensa del agua y de otras caminos al bienestar. ¿Cuál es el balance de Jimenez al respecto? ¿Qué haría un gobierno de centro izquierda como el que nos propone Ciudadanos por el Cambio? ¿Volverían a Cajamarca de la mano de Roque Benavides a tratar de convencer a la población local de las bondades de ese proyecto? Yo particularmente creo que un gobierno de izquierda debería decirle a Roque Benavides que Conga No Va, y punto.

Segundo asunto. Ese pueblo movilizado estuvo detrás de Humala y la Gana Peru y la Gran Transformación. Claro que estuvo. Por ejemplo, en Cajamarca estuvo detrás del Humala que gritaba en las plazas de Cajamarca ¡¡Oro No Agua Si!! En general, estuvo detrás del Humala que hablaba de una gran transformación. Y estuvo porque el discurso del Humala del 2006 y de la primera vuelta del 2011 era un Humala radical, no un Humala tibio. Era un Humala que proponía transformaciones sustantivas y no reforma tibias. Y estuvo porque desde las izquierdas no supimos ofrecerle nada mejor en términos de representación.

En el 2016 esa sociedad movilizada volverá a tener necesidad de representación política. ¿Que le ofrecemos? ¿Un programa moderado para que el empresariado no se asuste? ¿Otra vez un vientre de alquiler y una corrida al centro con Toledo, como en las elecciones a Lima Metropolitana?

Tercer asunto. La experiencia Latinoamericana. Dice Jimenez “Lo que Carlos Monge no dice en su artículo es que él es un público crítico de lo que él llama el “extractivismo” de los procesos de cambio de Ecuador y Bolivia (y de todos los procesos de cambio en Suramérica), y lo es por la misma razón que crítica el artículo de Carlos Bedoya.”

Efectivamente, no mencioné en mi artículo que soy un crítico público del neo extractivismo. Tampoco mencioné nada sobre la crisis española ni griega, ni sobre la dramática situación de la Venezuela neo extractivista, ni sobre Charlie Hebdo y el fundamentalismo islámico y la libertad de expresión, ni sobre varios otros temas seguramente también muy interesantes y de una u otra manera relacionados al debate sobre las izquierdas en el Perú. ¿Y porque? ¡Porque ese no era el tema del debate pues!

Pero ya que a Jimenez le parece pertinente traer al debate el neo extractivismo de varios gobiernos progresistas latinoamericanos, vayamos al tema.

Una estrategia central de varios regímenes progresistas ha sido maximizar la captura de renta generada por la explotación de recursos naturales no renovables (minería e hidrocarburos) para de esa manera generar mayores ingresos y sustentar mayor gasto social. Apoyo plenamente este enfoque. Es más, propongo que en el Perú habría que diseñar y poner en práctica un mecanismo automático que aplique un impuesto a la sobre ganancia de las empresas extractivas apenas los precios de las commodities y sus ganancias suban por encima de determinados niveles, en lugar de estar negociando las migajas que voluntariamente nos quieran dar.

Por la misma razón, no creo que el camino sea el de la negociación que hizo el Gabinete Lerner con los empresarios mineros al inicio de este gobierno en lugar de cumplir la oferta electoral del impuesto a la sobre ganancia: impuesto suave para algunas empresas, contribución voluntaria suave de parte de otras empresas, cambios menores en la regalías. Y además, todos estos aportes adicionales considerados como costos de producción y por tanto descontados del impuesto a la renta. En Ecuador y Bolivia, los países progresistas que Jimenez nos pone de ejemplo, se hubiesen reído de esa negociación.

Lo que sí critico respecto de la experiencia progresista sudamericana es que se haya mantenido y profundizado la fuerte dependencia de las economías de esos países respecto de la exportación de commodities.

Por ejemplo, en Venezuela -país progresista que Jiménez escoge no mencionar- más de 90% de la canasta exportadora y más de 90% del presupuesto público dependen del petróleo. A 100 dólares el barril como hasta 6 meses, todo bien. A 60 dólares el barril como hoy, un desastre. Caso de texto de la maldición de los recursos, que se venía gestando desde antes de la experiencia del Chavismo, pero que el Chavismo mantuvo y profundizó.

Ecuador es también fuertemente dependiente del petróleo. El Gobierno de Correa ha concesionado toda la Amazonía Sur y se ha endeudado hasta el cuello con China mediante préstamos pagaderos en petróleo. Más sólida es la posición de Bolivia en este terreno y son también mas fuertes sus intentos de diversificar sus exportaciones, pero el precio del gas exportado a Brasil y Argentina está también atado a los precios globales de los hidrocarburos y ya cayó casi 15% en los últimos meses.

No se que piensa Jimenez al respecto, pero me parece que no es este el camino que debamos seguir las izquierdas en el Perú. Me parece que el camino es el de la diversificación productiva para la exportación y la recuperación del mercado interno para los productores nacionales. Creando trabajo digno y cuidando el medio ambiente y respetando los derechos de los pueblos indígenas.

Pero miremos también otros aspectos de la esas experiencias progresistas sudamericanas que si me parecen buenos ejemplos.

Por ejemplo, Bolivia se ha declarado República Plurinacional. Yo pienso que el Perú debe hacer lo mismo. Pero yo recuerdo que cuando discutimos el Acuerdo de Bases Programáticas del Frente Amplio, CxC se opuso a siquiera mencionar el tema.

Por ejemplo, Ecuador reconoce constitucionalmente los derechos de la naturaleza. ¿Se anima Jiménez a que una nueva Constitución Política del Perú también lo haga?

Por el lado de aspectos de esas experiencias con las que no estoy de acuerdo, el Vicepresidente Garcia Liniera de Bolivia dice que la creación de áreas naturales protegidas ha sido una estrategia de la CIA para impedir que los bolivianos se beneficien de sus recursos naturales, y se lanza con YPFB y PDVSA a buscar petróleo en el Madidi, que es nuestro Bahuaja Sonene. Y el Presidente Correa anuncia que sacará petróleo del Yasuni en Ecuador.

¿Esto también quiere copiar Jimenez para el Perú? ¿Un gobierno progresista de CxC se tiraría abajo Pacaya Samiria y Bahuaja Sonene y el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado para sacar hidrocarburos y minerales del subsuelo de nuestras areas ricas en biodiversidad?

Me parece a mí que hay mirar las experiencias progresistas de Sudamérica para aprender de ellas, no para copiarlas. Con el mismo objetivo, hay que aprender también de otras experiencias progresistas que Jimenez tampoco menciona. Por ejemplo, la de El Salvador en donde el nuevo gobierno del Farabundo Martí frenó las concesiones mineras e incluso los proyectos mineros que ya estaban a punto de iniciarse, para apostar por otras vías de desarrollo, no extractivistas. ¿Le parece a Jimenez que esto es expresión de un “sectarismo ecologista”?

Cuarto asunto. Jimenez enfatiza en su argumentación que en Ecuador y Bolivia a los Presidentes Correa y Morales les ha ido muy bien electoralmente. Casi como decir que –más allá de estar de acuerdo o no con sus políticas- hay que imitarlos porque les va electoralmente bien.

No comparto el enfoque pues creo que hay formular políticas con la convicción de que responden a los problemas del Perú, no a partir de si traen más o menos votos. Además –si es consistente con su argumentación- Jimenez se puede meter en problemas.

Por ejemplo, si se trata de replicar lo que es electoralmente exitoso, entonces Jimenez debería proponer que CxC entierre la propuesta de la Gran Transformación y se aferre a la Hoja de Ruta, pues con la primera Humala perdió el 2006 y con la segunda ganó el 2011. ¿De eso se trata? ¿Eso nos anuncian?

O a la inversa, mirando los resultados electorales del 2014, Jimenez tendría que entusiasmarse con el radicalismo del MAS, de TyL y de candidaturas antimineras en varias regiones, provincias y distritos, que han ganado o estado cerca de ganar gobiernos regionales y locales. Porque, hasta donde yo sé, ninguna izquierda suavecita ha estado ni cerca de ganar nada.

En fin, que bueno que se abra un debate programático en las izquierdas sobre el peso que deben tener los diferentes componentes de una propuesta programática. Qué bueno que nos veamos forzados a hablar claro respecto de que es lo que proponemos al país. En este proceso podremos identificar hasta qué punto es posible una unidad programática entre los diferentes sectores de la izquierda, y desde que punto hay más bien diferencias.

Personalmente, y por eso milito en Tierra y Libertad, pienso que una izquierda moderna, enraizada en su sociedad y con visión del futuro regional y global, no puede ignorar o poner en segundo plano los temas ambientales y los temas relativos a los pueblos indígenas en aras de la justicia social.

Y me convenzo cada más acerca de esa integralidad cuando veo que desde Celendin dicen “Ni Conga ni Chadin, Tampoco la Ley Pulpin” y cuando veo entre los jóvenes que protestan frente a Yanacocha en defensa de Máxima Acuña de Chaupe un cartel que dice “Si te Metes con Ella, te Metes con Nosotros”.


Escrito por

Carlos Monge

Antropólogo e Historiador. Fanático del Alianza Lima y socialista empedernido. Enamorado de Leda, Lucía, Camilo, Frida y León.


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