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Aportes al Debate sobre el Balance y el Futuro del Frente Amplio

Aporte Personal de un Militante de Tierra y Libertad

Carlos Monge

Publicado: 2014-10-07

Se acabó la campaña electoral regional y local 2014 y se abre ya con todo el debate rumbo al 2016.

En el campo de la izquierda, este debate toma la forma de un balance de la breve experiencia del Frente Amplio y de una evaluación de las opciones que las izquierdas tienen por delante.

Respecto del balance del FA, me parece importante centrar algunas ideas.

La primera idea es que se habla del cierre de un ciclo, pero en mi opinión –en relación con “la izquierda”- ha habido antes varios cierres de ciclo. Por ejemplo, pienso que la participación en la Asamblea Constituyente cerró un ciclo de trabajo centrado solamente en el trabajo político en la sociedad en disputa con la hegemonía del APRA en sectores populares y medios. Después de eso el trabajo pasó a ser fundamentalmente en la escena legal y política. Pienso que un segundo ciclo –más bien ideológico- se cerró a fines de los 80 cuando la brutalidad de SL y del MRTA liquidó el debate al interior de la izquierda sobre luchas armadas como estrategia para la toma del poder o –aunque sea- de resistencia al autoritarismo senderista y estatal, debate que –no olvidemos- estaba vigente en la primera mitad de los 80. Pienso que otro ciclo, más organizativo, se cerró a inicios de los 90 cuando se termino de desmoronar lo que quedaba de la experiencia de la IU y se produjo la fragmentación absoluta de esa experiencia.

Hoy día estamos viviendo un ciclo que se inicia con la caída de Fujimori y la revitalización de proyectos de izquierda en el marco de la transición democrática iniciada con el gobierno de transición de Valentín Paniagua. Pienso que estamos dentro de ese ciclo y que este no ha terminado aún, y que lo que estamos viendo es como dentro de este ciclo se manifiestan diferentes visiones de hacia donde debemos ir. De un lado, la añoranza de la “coalición paniaguista” en la que todos los/las demócratas nos fajamos juntos contra las mafias. De otro lado, la apuesta por la afirmación de un proyecto claramente de izquierda.

Me parece que en este debate sobre ciclos hay hoy día un fuerte componente generacional y a veces se mezcla la percepción del fin de una generación que vivió y ejerció liderazgo en estos varios ciclos de la izquierda con el fin de un ciclo de la izquierda. En todo caso, conviene anotar que ciclo generacional y ciclo político no son siempre lo mismo pero que a veces renovación generacional y renovación política si son lo mismo.

La segunda idea es que al hablar sobre que le pasó al FA y que hacemos ahora con el FA, en realidad estamos hablando de un proceso bastante reciente, que comienza después de que sector progresista del Gobierno del Presidente Humala pierde sus cargos. ¿Cuál era entonces el escenario?

Un sector de la izquierda (FS, MAS, TyL, MPP) apostó por la candidatura de SV a la Municipalidad de Lima y tenía presencia en el Concejo Municipal y en la gestión misma. Ese mismo sector de la izquierda proyectó esa coalición hacia una candidatura de izquierda en las elecciones presidenciales y congresales del 2011, diferenciada de la de Ollanta Humala. Pero ese intento fue roto por Susana Villarán quien se rehusó a la alianza con el MAS, fuerza con la que co-gobernaba en la Municipalidad de Lima y con la que FS y TyL ya habíamos llegado a un acuerdo. Al resultado fue que FS corrió sola el 2011 con los pésimos resultados que ya conocemos.

Otro sector de la izquierda (CxC, PC, PS) había apostado sobre todas las cosas por Ollanta Humala y el Partido Nacionalista y tuvieron una participación bastante menor en la coalición que llevo a SV a la MLM. Llegaron a ocupar cargos de mucha importancia en el ejecutivo durante el Gabinete Lerner, pero cuando se lanzó el proyecto del FA la mayor parte ya estaban en proceso de retirada del gobierno después de la caída del Gabinete Lerner.

Es en ese escenario que, durante el 2012, se producen sucesivas convocatorias y comienza a tomar fuerza la idea de constituir un Frente Amplio que convocara a este conjunto de fuerzas políticas y un amplio sector de dirigentes sociales y ciudadanos y ciudadanas que se podrían identificar con un nuevo proyecto de izquierda en el Perú.

El consenso expresado entonces era que necesitábamos construir un espacio unitario que permitiese la acción y la representación política de miles y miles de personas que mantienen una apuesta por un cambio democracia que rompiese con la herencia neoliberal, centralista, racista, e insostenible, ampliando los márgenes del ejercicio de la democracia participativa sin renegar de la democracia representativa. A la construcción de ese consenso inicial contribuyo TyL enviando 6 cartas a los partidos, organizaciones sociales y colectivos ciudadanos, poniendo en blanco y negro nuestra visión del FA y nuestra apreciación del proceso en marcha.

Sin embargo, el proceso mismo de construcción y lanzamiento del FA se demoró porque –ya habiendo conseguido TyL su registro electoral- el MAS e un lado y PC, PS, CxC y FS agrupados como Fuerza Ciudadana de otro, consideraron pertinente buscar los suyos propios, pienso que con la idea poder después negociar “de tú a tú” con TyL. Estas iniciativas fueron finalmente abandonadas por inviables, pero el lanzamiento del FA se atrasó un valioso año y solo se retomó en serio cuando ya teníamos el proceso electoral encima.

La tercera es que durante ese tiempo se hicieron también evidentes algunas discrepancias fundamentales, que hoy vuelven a estar en el centro del debate. Por ejemplo:

• La composición de la dirección del FA. Para algunos debe mantenerse reducida a los partidos mientras que para otros –incluyo a Tierra y Libertad-debe incluir a las organizaciones sociales y a ciudadanos y ciudadanas independientes y representantes de bases regionales. Para mi este sigue siendo un tema fundamental. No podemos volver a armar un frente de partidos tipo la IU en donde la conducción recae naturalmente en los jefes de los partidos. Tenemos que resolver como incorporar a los/las dirigentes sociales y los/las dirigentes ciudadanos a esquemas de dirección en todo nivel. No será fácil, pero hay que tratar. Peor es no hacer nada y seguir como antes.

• El sistema de toma de decisiones. Constituido un grupo promotor nacional integrado por los 6 partidos nacionales (CxC, FS, MAS, PC, PS y TyL), se acordó que las decisiones se tomasen por consenso. Naturalmente, el consenso es complicado y a veces paralizante pues si alguien no está de acuerdo en algo, entonces ese algo no avanza. Ese fue el caso de la incorporación de organizaciones sociales y lideres ciudadanos al comité promotor nacional, y cuando no se respetó estrictamente el consenso hubo fuertes críticas, como en el caso de la posición discrepante de FS sobre un pronunciamiento frente a la crisis venezolana. Pues bien, este problema se puso en evidencia en todas sus dimensiones en el debate sobre las alianzas electorales para las elecciones municipales en Lima Metropolitana. En el curso de ese debate se nos propuso pasar del mecanismo del consenso al mecanismo de las mayorías y las minorías, pero siempre en el marco de un grupo promotor nacional constituido solamente por los 6 partidos nacionales. Desde TyL planteamos que era más bien necesario pasar del consenso de cúpulas a las decisiones mayoritarias con las bases, recordando que habían en ese momento 9 mil empadronados en Lima y que en las experiencia de la conformación de la lista para las elecciones complementarias del 2013, 1,300 personas habían participado en una primaria interna convocada apenas con unas horas de anticipación, y que era perfectamente convocar a las bases a debatir y decidir democráticamente sobre políticas de alianzas y candidaturas. Esta propuesta fue rechazada sistemáticamente, argumentando que organizar eso era muy difícil y que SV era nuestra candidata natural.

• Las perspectivas programáticas. Las discrepancias ya se habían hecho evidentes desde la gestión del gabinete Lerner cuando el gobierno negoció con las mineras luz verde a sus proyectos a cambio de un poco más de aporte fiscal, mientras que las poblaciones locales y algunas fuerzas políticas nos oponíamos a varios grandes proyectos mineros por consideraciones sociales y ambientales. Otros testimonios fueron la dificultad para lograr que el FA se pronunciase claramente contra el Proyecto Mina Conga, la negativa de varias fuerzas de incluir con la debida fuerza la dimensión ambiental en las propuestas programáticas del FA, el rechazo de plano de otras a incluir el tema de la plurinacionalidad en todas sus dimensiones, las resistencias de CxC a la Campaña por el Agua, el Territorio y la Vida, etc.

• Las estrategias parciales de acumulación. Mientras que formalmente el acuerdo era impulsaren en todas partes una participación unitaria como FA, en realidad –en la línea de lo que fue anunciado explícitamente por el MAS- en las diversas regiones cada cual hizo lo que pensó que le convenía más, basándose en procesos particulares de acumulación y buscando acumular fuerzas para la negociación rumbo al 2016. Es el caso del MAS en Cajamarca, Moquegua, San Martín, Amazonas y Piura con listas regionales propias pero también con los fonavistas en Lambayeque, Loreto y otras regiones o con AP en Cusco; es el caso de TyL –Cusco; del PC lanzándose con el PH en la provincia de Cajamarca; del PDR-PS en Puno; de CxC apoyando a “la cholita” en Lima provincias y, claro, de FS con apoyo de CxC, PS y PC en Lima.

• La discrepancia política respecto de las alianzas con fuerzas de centro y centro derecha, sobre todo en Lima Metropolitana. Una primera manifestación fue la discrepancia sobre la inclusión de Yehude Simon y el PH en la lista de regidores en las elecciones complementarias del 2013, que se zanjó en una asamblea de bases, con fuerte impulso de las juventudes de todos los partidos. Esta misma discrepancia ha estado a la base de los debates sobre las elecciones a Lima Metropolitana de este mes de Octubre, donde FS, CxC, PS, y PC –con abstención del MAS- se la jugaron por la alianza con PP contra la opinión de TyL, MPP, y UPM, apoyaron a Susana Villarán en el arreglo con un vientre de alquiler (Dialogo Vecinal) y en ese marco negociaron con PP y otras fuerzas como Somos Lima. El resultado ha sido un desastre: una alianza pública con un PP que solo trae imágenes negativas de corrupción, una campaña que ha tenido que abandonar el eje de la honestidad para reemplazarlo por el “si se atreve” y el “yo hice mas obras”, el haberle entregado varios distritos a PP en los que ha corrido solo con su logo y símbolo sin hacer campaña por SV, el haber desplazado a los representantes de los partidos de izquierda hacia posiciones inaceptables en la lista metropolitana al punto que la candidata del PS (que en el puesto 19 era la mejor posición de cualquier militante de un partido del FA distinto a FS) renunció en señal de protesta y el MAS se retiró de la negociación y de la campaña como tal. El resultado es una campaña a la que los aliados de centro y derecha no aportan nada más que desprestigio y que no genera ningún entusiasmo en las militancias de la mayor parte de las fuerzas de izquierda y de muchísimos sectores independientes. Los resultados hablan por sí solos.

Una nota sobre actitudes unitarias y actitudes sectarias

A lo largo de estos debates, se ha acusado varias veces a TyL de tener actitudes sectarias y de abusar del hecho de tener un registro electoral que otros no tienen. Me parece importante resaltar evidencias de lo contrario. Primero, TyL apostó por una participación unitaria en las elecciones locales 2010 en Lima y en las nacionales 2011. Algunos apenas se sumaron en Lima 2010 pues su apuesta de fondo fue participar las listas de Humala el 2011. Después FS rompió la alianza FS/MAS/TyL el 2011 para no aparecer como “de izquierda”; mientras TyL se mantuvo hasta el final en esa apuesta.

Segundo, desde abril del 2012 TyL impulsó el FA, puso su registro al servicio de la unidad y se cambió de nombre a FA para todos puedan participar sin tener que hacerlo como TyL. Y todo eso se hizo con base en acuerdos con los demás partidos, así como fue un acuerdo que todos los candidatos fueran elegidos en primarias, para lo cual se hizo un reglamento de consenso. Pero a último momento SV renegó de su palabra y se negó a ir a primarias de FA o a ser candidata del FA y buscó en cambio alianzas con PP o en última instancia busco a DV para no ir con identidad de izquierda y tener que pasar por la democracia interna.

Tercero, cuando hubo primarias internas para las elecciones complementarias 2013 en Lima Metropolitana y cuando ha habido primarias internas para armar listas regionales y locales en estas elecciones 2014, TyL ha respetado escrupulosamente los resultados, aun cuando en algunos de ellos salíamos perdiendo.

En el caso de Cajamarca, a pesar de que el MAS no tuvo la disposición de presentar una candidatura conjunta surgida de elecciones primarias, para evitar una división que podría favorecer a los pro-mineros, decidimos no presentar candidatura propia. Lo mismo hicimos en Lima Metropolitana estimando que nuestras discrepancias con SV no justificaban debilitar aún más su candidatura lanzando una alternativa metropolitana del FA.

No es justo pues acusarnos de sectarios. No es justo acusarnos de abusar de nuestro registro electoral. Lo pusimos al servicio de la unidad y propusimos que todas las decisiones sobre alianzas y sobre candidaturas se tomen con las bases en primarias internas. Y cuando eso se logró, como en las complementarias de Lima 2013 y algunas regiones ahora en el 2014, siempre hemos respetado los resultados aunque algunos no nos han favorecido.

Una mirada hacia adelante

El Frente Amplio ha sido y es una buena idea.

Hay miles de ciudadanos y ciudadanas que apuestan por un país justo, sostenible, plurinacional, participativo, honesto, que necesitan un espacio para la acción y la representación política, que no se sienten representados por partidos que se auto denominan de centro pero que apuestan por la continuidad de la herencia neoliberal y están manchados por la corrupción y violaciones a los derechos humanos, que quieren una opción de cambio de verdad. Pero miles de esos ciudadanos y ciudadanas que si quieren hacer política, no están necesariamente listos para ingresar a un partido político. El Frente Amplio es una respuesta a esa realidad.

Pero no sirve un Frente Amplio manejado por 6 partidos “nacionales” sin participación de líderes sociales ni ciudadanos ni regionales y sin consulta a bases. No sirve un Frente Amplio que se queda en alternativas generales sin filo programático y que no toma posición clara sobre los grandes temas en debate. No sirve un Frente Amplio que mira las luchas sociales desde lejos. No sirve un Frente Amplio que está siempre buscando liderazgos y candidaturas de centro y de derecha para ganar más votos, temiendo que una identidad claramente de izquierda pueda restarnos votos. No sirve un Frente Amplio que no aprende que no se trata solamente de ganar, sino de ganar con correlación de fuerzas sociales y políticas y con organización abajo que sustenten los cambios que se buscan poner en práctica desde el gobierno.

Pienso más bien que un relanzamiento del FA debe basarse en acuerdos claros sobre los siguientes temas:

1. Ampliar y democratizar las estructuras de dirección incorporando a representantes de organizaciones sociales y a líderes y lideresas ciudadanas y regionales. Y en ese proceso garantizar la presencia de jóvenes y de mujeres.

2. Poner en práctica el principio de un militante un voto para las grandes decisiones sobre alianzas y sobre candidaturas. No se pueden aceptar “candidaturas naturales” ni decidir alianzas de espaldas a la gente. Hay que re-empadronar entre este fin de año e inicios del próximo y poner en práctica primarias internas para resolver sobre candidaturas y alianzas 2016. Desde el FA tenemos que ser ejemplo de cultura democrática y no remedo de las prácticas caudillistas y verticales de los partidos tradicionales.

3. Afilar el programa del FA, sobre la base de lo ya avanzado por la Comisión de Programa. Hay que ser lo más precisos posibles en los que planteamos. Hay que darle la forma de una Plataforma Programática de unos cuantos puntos centrales se resuman nuestras prioridades y su contenido.

4. Reencontrarse con el movimiento social, con las luchas que se dan en las bases. Hay que acompañar los procesos de resistencia social contra la imposición de mega proyectos, hay que acompañar los procesos de afirmación indígena y sus demandas de territorialidad y autonomía, hay que acompañar los procesos de sindicalización en sectores de comercio y servicios, hay que acompañar las demandas de trabajadores independientes por acceder a la seguridad social y el sistema nacional de pensiones sin los abusos de las AFPs y las prestadoras privadas de salud, hay que acompañar las demandas de los trabajadores por mejores salarios. No sirve ser gobierno sin tener base social, no sirve ser gobierno ni es posible pretender cambios de fondo sin correlación de fuerzas en la sociedad y en la opinión pública. Esa es una lección que hay que sacar de la participación en el gobierno de Ollanta Humala y de la propia experiencia en Lima Metropolitana.

5. Una táctica electoral 2016 basada en candidatura presidencial y congresal propia, que exprese nuestra identidad y nuestro programa, que busque representar al pueblo izquierdista, ecologista, indigenista, descentralista, participativo. La lógica no puede ser buscar -otra vez- a quien pueda ganar para arrimarse a él o ella, sin importar mucho su pasado, sus valores o sus propuestas. La lógica tiene que ser ganar todo lo que podamos ganar siendo fieles a nosotros mismos y practicando la democracia. Si en ese curso logramos representar un 15% del voto nacional y logramos una buena bancada parlamentaria del FA, habremos dado un paso enorme hacia hacer del FA un actor sólido de la política nacional, con perspectivas estratégicas de ser gobierno.

Soy de la idea de que en el FA podemos caminar juntos hacia adelante quienes estén de acuerdo con estas orientaciones.

No pienso que a priori se trate de excluir a nadie. No pienso que nadie deba irrogarse la capacidad de decir con este sí y con este no. Pero tampoco pienso que por el afán de estar juntos hay que pasar por agua tibia las diferencias que tenemos ni patear para adelante la resolución de temas que después –es seguro- nos reventarán en la cara, como ha ocurrido en Lima Metropolitana y en otras partes del país en estas elecciones 2014.

Es mejor poner de una vez las cartas sobre la mesa, hablar claro, y ver quienes caminamos juntos en qué dirección.


Escrito por

Carlos Monge

Antropólogo e Historiador. Fanático del Alianza Lima y socialista empedernido. Enamorado de Leda, Lucía, Camilo, Frida y León.


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