Al publicarse esta nota, habrá culminado el plazo para inscribir candidaturas para las elecciones a gobiernos locales y regionales de octubre próximo. La crisis de los partidos nacionales se volverá a expresar en la proliferación de organizaciones políticas locales y movimientos políticos regionales de existencia efímera, expresión del interés de individuos o grupos por llegar a un gobierno regional o local y ganarse alguito -o mucho- pero sin visión del bien común para su localidad, su región o su país. Hay que revisar ya la Ley de Partidos para evitar que esto siga. 

Pero, mientras tanto, habrá elecciones regionales y locales y habrá debate sobre lo que conviene a cada localidad y cada región y lo que conviene al país en general.

En relación con la descentralización, lo que está en juego es el proceso mismo y resultará de primera importancia que este primer tema esté en el centro de todas las campañas y todos los debates. Porque, la verdad es que detrás del súbito arrebato moralizador del gobierno que ha tenido como blanco a los gobiernos regionales, está una campaña que busca desacreditar a las autoridades regionales y locales en general y desacreditar a la descentralización como proceso, para re-centralizar los presupuestos y las capacidades de decisión en el gobierno central, particularmente en la Presidencia de la República y el Ministerio de Economía y Finanzas.

Además, será de importancia que en los debates electorales regionales y locales se aborden algunos temas cruciales. El primero, la descentralización fiscal, pues los presupuestos regionales y locales no pueden seguir dependiendo el vaivén de los precios de los minerales en el mercado internacional ni de la buena o mala leche del MEF. Se necesita poner sobre la mesa todos los ingresos del estado y lograr un nuevo acuerdo nacional sobre su asignación a los sectores y a los territorios. El segundo, la definición de las competencias regionales y locales en torno a temas como las decisiones sobre los grandes proyectos mineros, petroleros, gasíferos y energéticos, y la definición del rol de los municipios en la prestación de los servicios básicos de educación y salud.

Finalmente, sobre todo en las regiones mineras y petroleras, será importante poner en el centro de la agenda visiones alternativas al extractivismo neoliberal heredado de Fujimori, Toledo y García y que ahora el gobierno de Ollanta Humala profundiza. ¿Se trata de seguir promoviendo proyectos mineros y petroleros a diestra y siniestra? ¿Sin preguntarle a la gente? ¿Sin cuidar el agua, el aire, los bosques y la bio diversidad? ¿Cómo ser arman alternativas de transición post extractivista desde abajo?

Cronograma electoral 2014

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